PRUEBAS PARA DETECCIÓN DE COVID-19




Para combatir la pandemia, las pruebas que detectan coronavirus son una herramienta fundamental para contener la propagación del virus. Existen dos tipos diferentes de pruebas: las pruebas de diagnóstico y las pruebas de anticuerpos.
Una prueba viral o de diagnóstico le indica si tiene una infección. Una prueba de anticuerpos le permite saber si tuvo una infección en el pasado. Esta ultima puede no mostrar si está cursando una infección en ese momento, ya que su organismo puede demorar 1 a 3 semanas después de la infección en crear anticuerpos. El diagnóstico de la enfermedad COVID-19, provocada por el virus de SARS-CoV-2, es realizado en pacientes que sufren síntomas asociados a la misma (tos, disnea y fiebre, principalmente), mediante la prueba PCR o test rápidos. A continuación, se detalla en qué consisten cada una de ellas.

1.    Prueba PCR
·         La PCR significa (por sus siglas en inglés) ‘Reacción en Cadena de Polimerasa’, es la prueba de referencia, permitiendo detectar el ARN viral.
·         La muestra del paciente se extrae mediante hisopado de exudado nasofaríngeo.
·         Es positiva si se detecta material genético del virus.
·         Si la prueba es negativa pero existe una alta sospecha, será necesario realizar otra prueba que permita detectar la presencia o no del virus.
·         Es una prueba, con alta especificidad y sensibilidad, que facilita el diagnóstico precoz de la enfermedad ya que permite detectar el virus en las primeras fases de la infección respiratoria y su resultado se obtiene en horas.

2.    Test rápidos para la detección de anticuerpos
·         Estas pruebas son más rápidos que la PCR y consisten en detectar los anticuerpos producidos frente al virus, mediante una muestra sanguínea obtenida de la yema del dedo.
·         Además de permitir obtener los resultados en 10-15 minutos, son menos sencillas y pueden realizarse fuera del ámbito hospitalario, lo que permite hacerla en el domicilio de un paciente con alta sospecha de COVID-19. Son menos sensibles y específicos que la PCR y permiten conocer si el paciente está pasando la enfermedad (IgM positiva), no la está pasando (IgM e IgG negativas) o ya la ha pasado (IgG positiva).
·         Los síntomas de la enfermedad comienzan a los 5-6 días del contagio, pero la prueba tiene un periodo de ventana de 3 a 7 días desde el contagio. Esto significa que el test puede dar negativo (IgM negativa) estando infectado, incluso con síntomas, si se realiza en ese periodo ventana. La prueba se va haciendo positivo progresivamente a lo largo de los días y a partir del 7º día del contagio es positivo en el 50%, a partir del 10º día en el 70% y en el 100% a partir de los 14 días.
·         Por tanto, para la detección de la enfermedad, se recomienda su realización a los 5 días del comienzo de los síntomas (lo que corresponde a 10 días desde el contagio).  Si el Test es negativo debe repetirse a los 5 días si el paciente continúa con síntomas.

Si el resultado de su prueba de detección de COVID-19, ya sea viral o de anticuerpos, es positivo o negativo, de cualquier manera, debe tomar medidas de prevención para protegerse y proteger a los demás.




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