Estapedectomia: lo que necesitas saber si te realizarán este procedimiento.

1.- Identificación y Descripción del Procedimiento
La estapedectomía y la estapedotomía son las técnicas quirúrgicas utilizadas, generalmente, para
tratar la llamada otosclerosis u otospongiosis. Esta enfermedad consiste en una alteración del
hueso que rodea al oído interno y como consecuencia se produce la fijación, y consecuente
inmovilización, de uno de los huesecillos del oído (el estribo), por lo que éste deja de transmitir el
sonido originándose así una sordera que, en ocasiones, se acompaña de ruidos (zumbidos) y
vértigos .
Esta operación consiste en que mediante visión microscópica se accede al citado huesecillo,
generalmente a través del conducto auditivo y se extrae total o parcialmente, y se sustituye por
una pequeña prótesis que posee la movilidad necesaria para transmitir de nuevo el sonido,
recuperando así la audición. En ocasiones, esta prótesis se debe apoyar en una pequeña
membrana, un injerto, que se obtiene, generalmente del trago –pequeño cartílago situado delante
del conducto auditivo externo. La cirugía no detiene la enfermedad, pero ayuda a recuperar la
audición por un periodo variable de tiempo que generalmente es de muchos años (hasta 20).
La anestesia empleada, en esta intervención, generalmente es local o pero en ocasiones puede puede
ser general.
2.- Los Objetivos de la cirugía son:
Recuperación de la audición. Esta recuperación se produce en más del 90% de los pacientes. La
cirugía no asegura la desaparición de los ruidos (zumbidos) en el oído afecto, ni de los mareos,
aunque también pueden desaparecer tras la misma.
3.- Las Alternativas de tratamiento disponibles.
El tratamiento médico se muestra ineficaz para la recuperación de la audición. La colocación de
un audífono puede mejorar la audición del paciente.
4.- Las consecuencias seguras que sean relevantes o de importancia
La permanencia en el hospital después de la operación varía generalmente entre las 24 horas y
los 7 días, dependiendo de la evolución de los mareos que aparecen, frecuentemente, tras la
intervención y cuya duración varían mucho de una persona a otra.
Tras la operación es normal que se note una pequeña alteración en el sabor de algunos
alimentos que, normalmente, se recupera poco tiempo después.
En el inmediato período postoperatorio el paciente no debe viajar en avión durante, al menos, tres
semanas. Si se suena la nariz, debe hacerlo con precaución y primero de un lado y luego del otro.
Si el paciente estornuda, debe de hacerlo con la boca abierta y sin taparse la nariz.
Por lo general, entre 10 y 20 días después de la cirugía el paciente podrá reiniciar su actividad 5.- Las Consecuencias previsibles de su no realización.
En caso de no efectuarse esta intervención, el paciente continuará con su pérdida de audición, y
es previsible que la evolución de la enfermedad ocasione una sordera progresiva, que puede
llegar a ser muy importante
6.- Riesgos
Cabe la posibilidad de que, como consecuencia de la incisión o de la manipulación del tímpano,
se produzca una perforación timpánica o una infección del oído.
Ya hemos indicado la posibilidad de que aparezcan mareos que puedan prolongarse más allá de
lo normal e, incluso, quedar como secuela. Es posible, también que no se recupere la audición e
incluso que empeore la misma hasta el extremo de perderse completamente.
Como quiera que se ha utilizado una pequeña prótesis para restablecer la audición, la
movilización accidental o espontánea de la misma puede suponer la pérdida de la audición, aun
tiempo después de haberse realizado la intervención quirúrgica. Ello exigiría una reintervención
para la correcta colocación de la misma.
Pueden quedar, como secuela, acúfenos (ruidos en el oído) que pueden ser intensos.
En el interior del oído se encuentra el nervio facial, que es el nervio que moviliza los músculos de
la cara. Su lesión accidental afectaría a la movilidad de la cara produciendo una parálisis facial,
aunque es extremadamente rara.
En la proximidad del oído se encuentra n las estructuras venosas que dan origen a la vena
yugular. Si su posición anatómica no es la normal, podrían llegar a lesionarse, lo que originaría
una hemorragia que podría imposibilitar la intervención.
Además de todo ello, las complicaciones propias de toda intervención quirúrgica y las
relacionadas con la anestesia general o local. El riesgo vital es poco frecuente, aunque puede
producirse en todo acto médico que incluye anestesia general, se ha descrito un caso de muerte
cada 15.000 intervenciones con este tipo de anestesia.
En general, el riesgo quirúrgico aumenta en relación con la edad, cantidad y la gravedad de las
enfermedades padecidas
7.- Riesgos relacionados con las circunstancias personales del paciente
Es necesario, por parte del paciente o su familia, advertir de las posibles alergias
medicamentosas, alteraciones de la coagulación, enfermedades cardiopulmonares, existencia de
prótesis, marcapasos, medicaciones actuales, o cualquier otra circunstancia que pueden
aumentar la frecuencia o la gravedad de riesgos o complicaciones.

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